lunes, 8 de enero de 2007

TOMA DE PROTESTA DE LA SOCIEDAD DE ALUMNOS DE SOCIOLOGIA

Subo a este estrado como representante de las inquietudes, compromisos y anhelos de un grupo de estudiantes que tenemos la determinación de que nuestro paso por la máxima Casa de Estudios del Estado no sea banal y efímero, un grupo de futuros sociólogos que deseamos una universidad mejor, más justa, más democrática, más incluyente y que nos dé las facilidades de desarrollarnos profesionalmente de la mejor manera posible.Como estudiantes de esta institución, deseamos una universidad que recuerde y revalorice su propio ideario; ese manifiesto que nos habla de valores esenciales de toda universidad como lo son la pluralidad, la igualdad de oportunidades, la autonomía, la responsabilidad social, las relaciones académicas ejemplares, de un gobierno justo y de un financiamiento transparente. Como nuevo organismo de representación que somos, exigiremos que se respete la pluralidad con todo lo que ella lleva consigo: el respeto del otro a pesar de las diferencias, por supuesto, la libertad de expresión y sobre todo, algo que no se ha permitido ni tolerado; el derecho a la crítica a los programas y formas de gobierno pugnadas e implementadas por las autoridades en turno, es un derecho democrático que no nos cansaremos de defender, abogar y practicar con todas las responsabilidades que éste acarrea.Exigimos también, como colectivo, que el principio de igualdad de oportunidades sea seriamente reconsiderado y se retome analizando todos los factores que crean o imposibilitan que tal precepto se cumpla. Retomando los puntos básicos de la economía neoclásica, podemos distinguir a simple vista que los 650 pesos mensuales, cuota de nuestra institución, no tienen la misma utilidad ni el mismo valor subjetivo para un estudiante que radique en el fraccionamiento Bosques que otro que lo haga en la Palominos. Otra cuestión que nos debe hacer reflexionar como institución es la odiosa pero necesaria comparación, es un hecho que somos la universidad pública más cara del país y que no se están tomando medidas para contrarrestarlo, sí ya conocemos el argumento del déficit pero aún no nos argumentan cuales son los costos que lo provocan. A sólo dos meses de haber entrado a cursar los estudios correspondientes a nuestra carrera, alumnos del primer semestre han desertado por falta de recursos. No podemos seguir aceptando esto, cada compañero tiene el mismo derecho de acceder a la educación que se nos está ofreciendo. Como humanistas, estudiosos de las ciencias sociales, creemos que el enfoque humanístico no puede ser reducido a un curso básico y uno complementario. Es necesario reconsiderar el enfoque humanista que la universidad debe seguir.Estas preocupaciones antes mencionadas, han sido las principales que nos han llevado a reflexionar sobre nuestro papel como estudiantes y como futuros sociólogos.Hace una semana asistimos a un congreso a nivel nacional en donde la cuestión principal era si la sociología tiene defensa en el siglo veintiuno, como grupo hicimos una reflexión, efectivamente, la sociología tiene defensa, la gran cantidad de paradigmas teóricos, metodológicos y epistemológicos la respaldan. También llegamos a la conclusión de que la naturaleza de nuestra inquietud no se enfoca en la disciplina en sí sino en el rumbo, el camino al cual se debe dirigir la sociología y el rol que tenemos que asumir los sociólogos como sujetos sociales, consideramos, que la sociología debe estar dirigida a la búsqueda de una sociedad realmente democrática y a la búsqueda de un equilibrio social teóricamente justificado y sostenible en la práctica. Si las aulas se llenaron de sociólogos en los setentas no fue por un bienestar personal y superficial, sino por un fin y una convicción que iba más allá de sus intereses como individuos o profesionistas. Ahora, como teóricos podemos ponerle mil argumentos en contra a la categoría de sujeto racional, propia del utilitarismo, ese que realiza el cálculo del costo-beneficio, y actúa en base al que mejor le conviene. Como sociólogos hemos caído en eso.Como sociólogos seguimos reflexionando, ¿A quién beneficiarán nuestras investigaciones?, ¿Por quién seremos leídos?, ¿Nuestras discusiones se perderàn enfrente de una cerveza fría ó una taza de café, Ese ímpetu por transformar se ha acabado, como sociólogos hemos caído en los mismos esquemas que teóricamente hemos criticado, creemos, en un sociólogo con ímpetu transformador, un sujeto part ipe en la construcción de un mejor país, de un mejor Estado, de una mejor universidad. Nosotros como sociedad de alumnos de sociología hemos asumido el compromiso de ser partícipes en la transformación social. Para ello, los medios son tan importantes como los fines, haciendo antítesis de la propuesta maquiavélica. Esta toma de protesta está lejos de quedarse en un mero formalismo, aquí enunciamos nuestro compromiso con los estudiantes de la carrera para desempeñar nuestro papel de la mejor manera posible, sin limitarnos a él, buscar un eco en la institución y ser partícipes de una nueva orientación de ésta, una vez más, más humanista, más justa, más democrática y más incluyente.Retomando la sociología como ciencia sí tiene defensa, el problema central ya no es la correspondencia en nuestro pensar y la realidad sino cómo nuestro pensamiento se puede traducir en la realidad. Parafraseando a un clásico “No basta interpretar el mundo, hay que transformarlo”. Gracias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por la ortografia y redacción le dan mucha mala fama a los sociologos

Anónimo dijo...

Me alegra que haya un espacio asì, ya que es bonito conocer la historia de otra Normal Rural, soy egresado de la ESc. Normal Rural de Mactumactzà Chiapas y actualmente laboro en el D. F., ojala se puedan contactar conmigo para ver la forma de seguir apoyando la lucha que mantienen las Normales Rurales de la FECSM, mi correo es rolaxs11@hotmail.com, salud vale. ¡Hasta la victoria siempre!

Anónimo dijo...

Se queja de la ortografía... con dos faltotas propias :/ chale, que jodido!